viernes, 15 de marzo de 2024

El discurso de graduación o de despedida como actividad de redacción

Entre las diversas actividades de redacción que se le pide a un estudiante como parte de formación, existe una que me ha resultado siempre grata por lo motivadora que resulta para mis alumnos. Se trata de un discurso de graduación. Sin duda, se convierte en un verdadero "reto emotivo" para el estudiante (sobre todo de cuarto o quinto de media) realizar un balance sobre su vida escolar. Los resultados son siempre gratos porque ellos se convierten en un río cargado de recuerdos, experiencias y anécdotas gratas que solo se debe reconducir y encauzar de la mejor manera para que se convierta en un discurso efectivo.


Comparto entonces la experiencia por ser una experiencia de escritura muy personal que puede ser el punto de inicio para otro tipo de textos mucho mas elaborados.

Nota: Siempre en la presentación de la actividad les leo un discurso que escribí para mis ahijados de una promoción muy querida: "Ad Initium" (Promoción 2017).


PROYECTO DE ESCRITURA: EL DISCURSO DE GRADUACIÓN 

Estimados alumnos, comparto con ustedes el proyecto del trimestre. Se trata de presentar un discurso de despedida para su futura ceremonia de graduación. Dicho discurso tendrá la siguiente estructura:

1. Saludo inicial.

2. Nombre de la promoción (a juicio personal). Justificación del nombre propuesto.

3. Aprendizajes logrados a lo largo de los años en el colegio.

4. Anécdotas y recuerdos de los miembros de la promoción.

5. Mención y saludo de los compañeros que dejaron el colegio años atrás (desde la primaria hasta la secundaria)

6. Retos, expectativas y buenos deseos para la promoción.

7. Despedida.

8. Saludo final.

 

La extensión del discurso será de 1000 palabras como mínimo; 1500 palabras como máximo. 


Criterios de evaluación: 

Criterio A.

El estudiante cumple con todas las partes que constituyen el discurso.

Criterio B.

El estudiante propone una reflexión personal a través de su discurso.

Criterio C.

El estudiante despierta el interés del público a través de un discurso emotivo.

Criterio D.

El estudiante respeta la normativa del idioma (puntuación, tildación, etc.) y demuestra riqueza léxica.


Ejemplo de discurso:


DISCURSO DE GRADUACIÓN

PROMOCIÓN AD INITIUM

“Listos para un nuevo comienzo”

 

Álex Romero M. (Padrino)

 

Queridos ahijados, estoy aquí frente a ustedes porque me encomendaron la misión de despedirlos, de decirles adiós en esta graduación. No sé si cumpliré la labor encomendada, pero lo intentaré como ustedes intentaron —y lograron— ser mejores, cada día, cada año, en cada escalón de su secundaria.

La vida significa muchas cosas, puede ser de distintas maneras, pero debe ser principalmente tuya. Debes reconocerte en tu propio camino, en tu propio quehacer porque la vida es un eterno presente y siempre se puede comenzar y recomenzar. La vida es siempre un nuevo comienzo, el reto de estar listos para lo que se nos presente. La vida es verdad y la verdad de la vida es descubrimiento, apertura, búsqueda permanente de lo que somos y de lo que seremos.

Queridos ahijados, han terminado la secundaria. Hace unos años eso era un mundo posible, una ficción porque, mientras padecías una madrugada por entregar tus tareas domiciliarias, te preguntabas: “¿cuándo terminará?, ¿cuándo llegaré a quinto?”. En resumen, este día lejano era solo una ilusión, un sueño vano, una ficción. Ahora la ficción se hizo realidad: estás aquí, egresando, despidiéndote de nosotros. Pero también la realidad se convierte en ficción. Pasará el tiempo y este evento se transformará en un recuerdo que variará en cada uno de nosotros, con el transcurrir de los años, con nuestras experiencias, porque cada uno tendrá su propia versión de lo que vio y sintió esta tarde, porque este momento se convertirá en una serie de imágenes dispersas que se ordenanarán por la fuerza de nuestros afectos. Pero yo siempre los recordaré así: con sus birretes, expectantes, emocionados, siempre sonrientes, con las ganas de salir corriendo de aquí, de cualquier parte, con las ganas de vivir ya de otra manera, de mil maneras, maquillados, maquilladas, peinados, despeinados, siempre felices.

Estoy feliz por ti, por ti, por ustedes, por nosotros. Que tu vida sea grandiosa, que sea un triunfo, una proeza, que sea un gol de la foquita Farfán, o de Paolo, que sea una victoria eterna. Ahijados, atrévanse a ser y a padecer, a ser felices y a sufrir porque la vida es hermosa y es un reto.

La vida siempre será un nuevo comienzo

Recordarás en tus clases de cuarto que un fumador te decía en sus prosas apátridas que el placer eterno y el dolor eterno serían insoportables. Tenía razón. La vida es ese sube y baja de la alegría a la tristeza, de la pérdida a la búsqueda, del perder o ganar, del amar y ser amado, del amar y no ser amado, pero es  siempre ¡amar! Amen con todas sus fuerzas, amen con pasión, vivan con pasión,  sientan siempre la sangre palpitante en sus venas.

Queridos ahijados, en cinco años una niña o niño recién nacido pasó de los cuidados amorosos en el hogar a un pequeño salón de inicial para comenzar sus primero trazos. En cinco años un niño o niña culminó con esfuerzo cada grado de su primaria y se encaminaba ya para comenzar la secundaria. En cinco años más, aquel niño de primaria se convirtió en un joven, en una joven, ya grande, victorioso por haber superado la secundaria y dispuesto a enfrentarse ya a los estudios superiores de una universidad. Ahijados, en cinco años de universidad, ese joven que eres tú logrará la primera herramienta de su vida adulta: una carrera, una profesión. Y cinco años después, consolidado ya en la vida adulta…, espero, espero, que conozcas a alguien especial que te haga mucho bien y que enriquezca tu vida y que quiera formar contigo una existencia más plena: una pareja, una familia. Y para no alargar más está anáfora, espero que en cinco años más te acuerdes…, de este profesor de literatura, este padrino tuyo, amigo de Góngora, que tuvo la dicha de coincidir contigo en esta vida…

Quisiera culminar este discurso, querida promoción AD INITIUM, dedicándote un poema. Hemos leído mucho en estos años juntos y tú recordarás a un hombre que luchó durante veinte años para regresar a su patria, para encontrase con los suyos  y recuperar su reino. Este poema se llama “Ítaca” y lo escribió un compatriota de Homero para convertir las aventuras de Ulises y la Odisea en una metáfora para nuestras vidas.

Comenzaré y será lo último que leeré contigo como tu profesor…

 

Ítaca 

Si emprendes el camino hacia Ítaca,

desea que el camino sea largo

lleno de peripecias, lleno de experiencias.

a los lestrigones y a los cíclopes,

al encolerizado Poseidón no temas,

tales cosas en tu camino nunca encontrarás

si tu pensamiento alto permanece, si una selecta

emoción toba tu espíritu y tu cuerpo.

Ni lestrigones ni cíclopes

ni al fiero Poseidón encontrarás

si no lo llevas en tu alma,

si tu alma no los erige ante ti.

 

Desea que el camino sea largo.

que sean muchas las montañas estivales

en que, con qué placer, con qué alegría,

entres en los puertos por vez primera vistos;

detente en los mercados fenicios

y compra las hermosas mercancías,

nácar y corales, ámbar y ébanos

y voluptuoso perfumes de todo tipo,

los perfumes más valiosos y voluptuosos que puedas;

visita muchas ciudades egipcias

y aprende y aprende de los sabios.

 

Ten siempre en tu mente Ítaca.

Llegar allí es tu destino.

Pero no apresures el viaje en absoluto.

Mejor que muchos años dure

y que, ya anciano, arribes a la isla,

rico con cuanto ganaste en el camino

sin esperar que Ítaca te dé riquezas.

 

Ítaca te dio bello viaje

sin ella no hubieses emprendido el camino

pero ya no tiene nada que darte

 

Y, si las encontraras pobre, Ítaca no te engañó.

Tan sabio has devenido, con tanta experiencia,

ya habrás comprendido lo que significan las Ítacas.

 

Tu Ítaca ha sido, durante estos cinco años, acabar la secundaria. Ese era el sueño, la meta, pero no olvides nunca este viaje donde has conocido amigos, has aprendido de tus maestros y te has llegado a conocer un poco más. El viaje ha sido hermoso, pero tiene que culminar. Otro será el viaje desde ahora y solo me queda decirte que te deseo mucha suerte, que el oráculo juegue a tu favor y que ya te extraño desde ahora.

Los quiero mucho, ahijados.

Hasta siempre.

 



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