Entre las diversas actividades de redacción que se le pide a un estudiante como parte de formación, existe una que me ha resultado siempre grata por lo motivadora que resulta para mis alumnos. Se trata de un discurso de graduación. Sin duda, se convierte en un verdadero "reto emotivo" para el estudiante (sobre todo de cuarto o quinto de media) realizar un balance sobre su vida escolar. Los resultados son siempre gratos porque ellos se convierten en un río cargado de recuerdos, experiencias y anécdotas gratas que solo se debe reconducir y encauzar de la mejor manera para que se convierta en un discurso efectivo.
Comparto entonces la experiencia por ser una experiencia de escritura muy personal que puede ser el punto de inicio para otro tipo de textos mucho mas elaborados.
Nota: Siempre en la presentación de la actividad les leo un discurso que escribí para mis ahijados de una promoción muy querida: "Ad Initium" (Promoción 2017).
PROYECTO DE
ESCRITURA: EL DISCURSO DE GRADUACIÓN
Estimados alumnos, comparto con
ustedes el proyecto del trimestre. Se trata de presentar un discurso de
despedida para su futura ceremonia de graduación. Dicho discurso tendrá la
siguiente estructura:
1. Saludo inicial.
2. Nombre de la promoción (a juicio personal). Justificación
del nombre propuesto.
3. Aprendizajes logrados a lo largo de los años en el
colegio.
4. Anécdotas y recuerdos de los miembros de la promoción.
5. Mención y saludo de los compañeros que dejaron el colegio
años atrás (desde la primaria hasta la secundaria)
6. Retos, expectativas y buenos deseos para la promoción.
7. Despedida.
8. Saludo final.
La extensión del discurso será de 1000 palabras como mínimo;
1500 palabras como máximo.
Criterios de evaluación:
Criterio A.
El estudiante cumple con todas las partes que constituyen el
discurso.
Criterio B.
El estudiante propone una reflexión personal a través de su
discurso.
Criterio C.
El estudiante despierta el interés del público a través de
un discurso emotivo.
Criterio D.
El estudiante respeta la normativa del idioma (puntuación,
tildación, etc.) y demuestra riqueza léxica.
Ejemplo de discurso:
DISCURSO DE GRADUACIÓN
PROMOCIÓN AD INITIUM
“Listos para un nuevo comienzo”
Álex Romero M. (Padrino)
Queridos ahijados, estoy aquí
frente a ustedes porque me encomendaron la misión de despedirlos, de decirles
adiós en esta graduación. No sé si cumpliré la labor encomendada, pero lo
intentaré como ustedes intentaron —y lograron— ser mejores, cada día, cada año,
en cada escalón de su secundaria.
La vida
significa muchas cosas, puede ser de distintas maneras, pero debe ser principalmente
tuya. Debes reconocerte en tu propio camino, en tu propio quehacer porque la
vida es un eterno presente y siempre se puede comenzar y recomenzar. La vida es
siempre un nuevo comienzo, el reto de estar listos para lo que se nos presente.
La vida es verdad y la verdad de la vida es descubrimiento, apertura, búsqueda
permanente de lo que somos y de lo que seremos.
Queridos
ahijados, han terminado la secundaria. Hace unos años eso era un mundo posible,
una ficción porque, mientras padecías una madrugada por entregar tus tareas
domiciliarias, te preguntabas: “¿cuándo terminará?, ¿cuándo llegaré a quinto?”.
En resumen, este día lejano era solo una ilusión, un sueño vano, una ficción.
Ahora la ficción se hizo realidad: estás aquí, egresando, despidiéndote de
nosotros. Pero también la realidad se convierte en ficción. Pasará el tiempo y
este evento se transformará en un recuerdo que variará en cada uno de nosotros,
con el transcurrir de los años, con nuestras experiencias, porque cada uno
tendrá su propia versión de lo que vio y sintió esta tarde, porque este momento
se convertirá en una serie de imágenes dispersas que se ordenanarán por la
fuerza de nuestros afectos. Pero yo siempre los recordaré así: con sus
birretes, expectantes, emocionados, siempre sonrientes, con las ganas de salir
corriendo de aquí, de cualquier parte, con las ganas de vivir ya de otra manera,
de mil maneras, maquillados, maquilladas, peinados, despeinados, siempre felices.
Estoy feliz
por ti, por ti, por ustedes, por nosotros. Que tu vida sea grandiosa, que sea
un triunfo, una proeza, que sea un gol de la foquita Farfán, o de Paolo, que
sea una victoria eterna. Ahijados, atrévanse a ser y a padecer, a ser felices y
a sufrir porque la vida es hermosa y es un reto.
La vida
siempre será un nuevo comienzo
Recordarás en
tus clases de cuarto que un fumador te decía en sus prosas apátridas que el
placer eterno y el dolor eterno serían insoportables. Tenía razón. La vida es
ese sube y baja de la alegría a la tristeza, de la pérdida a la búsqueda, del
perder o ganar, del amar y ser amado, del amar y no ser amado, pero es siempre ¡amar! Amen con todas sus fuerzas,
amen con pasión, vivan con pasión, sientan
siempre la sangre palpitante en sus venas.
Queridos ahijados,
en cinco años una niña o niño recién nacido pasó de los cuidados amorosos en el
hogar a un pequeño salón de inicial para comenzar sus primero trazos. En cinco
años un niño o niña culminó con esfuerzo cada grado de su primaria y se
encaminaba ya para comenzar la secundaria. En cinco años más, aquel niño de
primaria se convirtió en un joven, en una joven, ya grande, victorioso por
haber superado la secundaria y dispuesto a enfrentarse ya a los estudios
superiores de una universidad. Ahijados, en cinco años de universidad, ese
joven que eres tú logrará la primera herramienta de su vida adulta: una
carrera, una profesión. Y cinco años después, consolidado ya en la vida adulta…,
espero, espero, que conozcas a alguien especial que te haga mucho bien y que
enriquezca tu vida y que quiera formar contigo una existencia más plena: una
pareja, una familia. Y para no alargar más está anáfora, espero que en cinco
años más te acuerdes…, de este profesor de literatura, este padrino tuyo, amigo
de Góngora, que tuvo la dicha de coincidir contigo en esta vida…
Quisiera
culminar este discurso, querida promoción AD INITIUM, dedicándote un poema.
Hemos leído mucho en estos años juntos y tú recordarás a un hombre que luchó
durante veinte años para regresar a su patria, para encontrase con los suyos y recuperar su reino. Este poema se llama
“Ítaca” y lo escribió un compatriota de Homero para convertir las aventuras de
Ulises y la Odisea en una metáfora
para nuestras vidas.
Comenzaré y será
lo último que leeré contigo como tu profesor…
Ítaca
Si
emprendes el camino hacia Ítaca,
desea
que el camino sea largo
lleno de
peripecias, lleno de experiencias.
a los
lestrigones y a los cíclopes,
al
encolerizado Poseidón no temas,
tales
cosas en tu camino nunca encontrarás
si tu
pensamiento alto permanece, si una selecta
emoción
toba tu espíritu y tu cuerpo.
Ni
lestrigones ni cíclopes
ni al
fiero Poseidón encontrarás
si no lo
llevas en tu alma,
si tu
alma no los erige ante ti.
Desea
que el camino sea largo.
que sean
muchas las montañas estivales
en que,
con qué placer, con qué alegría,
entres
en los puertos por vez primera vistos;
detente
en los mercados fenicios
y compra
las hermosas mercancías,
nácar y
corales, ámbar y ébanos
y
voluptuoso perfumes de todo tipo,
los
perfumes más valiosos y voluptuosos que puedas;
visita
muchas ciudades egipcias
y
aprende y aprende de los sabios.
Ten
siempre en tu mente Ítaca.
Llegar
allí es tu destino.
Pero no
apresures el viaje en absoluto.
Mejor
que muchos años dure
y que,
ya anciano, arribes a la isla,
rico con
cuanto ganaste en el camino
sin
esperar que Ítaca te dé riquezas.
Ítaca te
dio bello viaje
sin ella
no hubieses emprendido el camino
pero ya
no tiene nada que darte
Y, si
las encontraras pobre, Ítaca no te engañó.
Tan
sabio has devenido, con tanta experiencia,
ya
habrás comprendido lo que significan las Ítacas.
Tu Ítaca ha sido, durante estos
cinco años, acabar la secundaria. Ese era el sueño, la meta, pero no olvides
nunca este viaje donde has conocido amigos, has aprendido de tus maestros y te
has llegado a conocer un poco más. El viaje ha sido hermoso, pero tiene que
culminar. Otro será el viaje desde ahora y solo me queda decirte que te deseo
mucha suerte, que el oráculo juegue a tu favor y que ya te extraño desde ahora.
Los quiero mucho, ahijados.
Hasta siempre.